Las embajadas de territorios sagrados a zonas de conflicto.

Desde sus principios, las embajadas han sido vistas como un territorio extranjero inviolable. Pero las normas que han regulado las misiones diplomáticas, parecen flaquear frente a los eventos acontecidos en las últimas semanas. El 5 de abril, la Policía ecuatoriana irrumpió en la embajada de México, en Quito y sacó por la fuerza al expresidente Jorge Blas.

La entrada de la Policía Ecuatoriana a la embajada de México, ha sido rechazada por varios mandatarios y ha creado indignación por parte de la comunidad internacional. El viernes 5 de abril, policías ecuatorianos ingresaron por la fuerza a la embajada mexicana en Quito, con el fin de arrestar al ex-vicepresidente Jorge Glas, por delitos de corrupción. 

Pero, ¿Que desató el asalto a la embajada? 

Jorge Glas, desempeñó el cargo de vicepresidente en el Gobierno del polémico expresidente Rafael Correa, entre 2013 y 2017. El funcionario se había refugiado en la embajada desde diciembre, donde había solicitado asilo político. El Gobierno Ecuatoriano, pidió a Mexico, autorización para ingresar a la embajada desde principios de marzo, para detener a Glas. Pero México, denegó aquella la petición de Ecuador y horas antes de darse la captura de Glas, México le otorgó el asilo.

Ecuador ha reiterado que la oferta de asilo fue ilegal, teniendo en cuenta que el derecho internacional dice que no se le debe conceder asilo a las personas condenadas. Según la Convención sobre Asilo Diplomático (Caracas 1954), “No es lícito conceder asilo a personas que al tiempo de solicitarlo se encuentren inculpadas o procesadas en forma ante tribunales ordinarios competentes”. 

El Presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), no lo vio de la misma forma y luego del asalto, suspendió inmediatamente las relaciones con Ecuador y aseguró que había estudiado el caso de Glas a profundidad antes de conceder el asilo. Recordemos, que AMLO, ha sido un fiel aliado de los Gobiernos de izquierda, como lo es el de Lula en Brasil o como lo fue el de Correa en Ecuador.

¿Qué cargos enfrenta Jorge Glas?

El ex-vicepresidente ecuatoriano, ha sido condenado en dos ocasiones por casos de corrupción y ahora se enfrenta a un nuevo proceso por malversación de recursos públicos. 

Glas fue condenado en 2017, a seis años de prisión, luego de ser declarado culpable de aceptar sobornos por parte de Odebrecht a cambio de entregarle contratos estatales. En 2020, fue condenado a ocho años, por utilizar la plata de contratistas para financiar campañas políticas del movimiento político de Correa, quien también fue condenado en el mismo proceso. Aunque tanto el ex-presidente, como Glas, han asegurado que los procesos en su contra han sido motivados por asuntos políticos, acusaciones que no han podido ser probadas. 

Glas cumplió más de cuatro años en prisión, fue liberado y capturado otra vez en 2022, luego de que un tribunal dictaminará que debía cumplir con la totalidad de sus sentencias. El funcionario fue liberado por última vez en noviembre de 2022, luego de beneficiarse de la libertad condicional y haber solicitado cumplir con las sentencias de manera simultánea. 

Glas volvió a ser capturado durante el asalto a la embajada, por malversación de fondos, específicamente por la utilización de los dineros recaudados para la reconstrucción de la provincia de Manabí luego del terremoto de 2016, que dejó más de 600 muertos. 

En diciembre, un juez tomó la decisión de enviar nuevamente al ex-funcionario a prisión y a pesar de la apelación de sus abogados la solicitud fue denegada. 

La OEA se reunió el pasado miércoles y aprobó con 29 votos a favor, uno en contra (Ecuador) y una abstención (El Salvador), la resolución que condena la violación de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas y su relación con la figura del asilo, ademas de las lesiones sufridas por el personal diplomático mexicano durante el asalto.

Las posiciones son claras, la gran mayoría de países de Latinoamérica han condenado el asalto a la embajada, excepto El Salvador. Estados Unidos por su parte, tomó una posición “ambigua” en un principio, según las propias palabras de AMLO, pero días después el consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan declaró lo siguiente; “Hemos revisado las grabaciones de las cámaras de seguridad de la Embajada mexicana y creemos que estas acciones fueron incorrectas”.

Por su parte, Daniel Noboa, presidente de Ecuador, aseguró que “No me arrepiento, estamos del lado correcto de la historia”. Además, afirmó que se debería condenar el hecho de que usen las embajadas como fachadas, “pero en realidad es para lograr impunidad”. El mandatario recalcó que, “Jorge Glas tuvo una sentencia, tuvo un juicio justo y tenía que estar en la cárcel”, todo esto a través de una entrevista para SBS news.  

A pesar de que las consecuencias, producto de la resolución de la OEA, sean vistas como un mensaje de desaprobación por parte de los países vecinos, más que como un castigo hacia Ecuador. Las relaciones entre los dos países se verán ciertamente afectadas, por lo menos hasta que lleguen las elecciones presidenciales en México, en junio de este año. El caso de la embajada mexicana, se da tan solo 4 días después del atentado de Israel a la embajada de Irán en Siria que dejó la muerte de siete altos mandos de la Guardia Revolucionaria Islámica. Las embajadas, en las últimas semanas no parecen territorios diplomáticos y respetados, sino más bien zonas de conflicto.







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