La constituyente de Petro

El pasado viernes 15 de marzo, el presidente Gustavo Petro, desde Puerto Resistencia, Cali, mostró sus verdaderos colores y propuso la idea de ir a una asamblea constituyente. ¿Pero cuál es la motivación que llevó al mandatario a llegar a estas instancias y que implicaciones tendría esta iniciativa para Colombia?

La primera parte de la pregunta, es sencilla de responder y es consecuencia directa del fracaso de las reformas en el Congreso; su mala imagen y en esencia un deseo por continuar en el poder.  

Las reformas del presidente no se han movido como hubiera querido el mandatario del cambio. Ni en el Congreso, ni en las calles, han sido apoyados los proyectos propuestos por la Casa de Nariño. El Gobierno lleva de momento seis reformas presentadas ante el Congreso, de estas seis tan solo una, la reforma tributaria, ha sido aprobada. La reforma política fue retirada, mientras que las cuatro restantes siguen en trámite en el legislativo. Sin embargo, Petro se queda sin tiempo y reformas, como la de salud, con nueve Senadores que ya firmaron la ponencia de archivo, parecen destinadas al fracaso. 

El ex ministro de hacienda, Juan Carlos Echeverry, explicó a través de sus redes una ley de Gobierno que, aunque no escrita y conocida por pocos, afecta de manera especial a esta administración.  Según Echeverry el primer año de mandato es dedicado al Presidente y a sus propuestas, el segundo es compartido entre el Congreso y el Presidente, el tercero pertenece a los legisladores y sus proyectos, mientras que el cuarto no cuenta y se dedican a las elecciones entrantes. Esto quiere decir que si las reformas de Petro, no progresan para julio de este año es muy probable que el Presidente fracase en la legislación de sus reformas. 

La última encuesta de Invamer Poll, refleja que la imagen negativa del presidente Petro, se encuentra en el 58%, mientras que un 35% de los colombianos piensan que las cosas van por buen rumbo. Si comparamos estas cifras, con las publicadas en diciembre del año 2023, la imagen del Presidente se ha recuperado, y esto se debe a tres circunstancias: la disminución de la inflación de 9,28% en diciembre de 2023 a 7,74% en febrero de 2024 (Cifras: DANE), a  la reducción de las tasas de interés de 13% a 12,25% (Cifras: Banco de la República) y a la llegada de alcaldes distanciados de las posturas del gobierno (Galán, Gutierrez, Eder, entre otros). 

Parecería que las intenciones del Presidente con la Asamblea Constituyente, van encaminadas hacia dos objetivos. El primero de ellos es hacer frente al Congreso y poner a andar sus reformas por sus propias manos. Mientras que la segunda, más polémica, es la de buscar su reelección y su permanencia en el poder. 

German Vargas Lleras, ha sido uno de los que más se han pronunciado en relación a esta iniciativa. La cabeza de Cambio Radical reiteró a través de la Revista Semana; que a Petro “nunca le importo el estado de derecho y nos notifica su propósito de perpetuarse en el poder”. Además, el ex vicepresidente públicamente desafío al Presidente, proponiendo llevar la Asamblea Constituyente a la práctica para “desenmascarar ese chantaje permanente” del mandatario a los colombianos y enfatizó en diálogo en Caracol, que el “70% de los colombianos” en caso de una constituyente votarían en contra del Gobierno del cambio.  

La propuesta del presidente, ha suscitado manifestaciones negativas de todos los bandos, tal como lo hizo Navarro Wolff, ex compañero del Presidente en el M-19, quien a través de la revista Semana, catalogó la Constituyente como innecesaria. 

No sorprenden este tipo de declaraciones del Presidente, aunque son abiertamente contrarias a sus promesas como candidato, en el sentido de que no habría una propuesta de reelección. En un debate para la Revista Semana, en el año 2021, Petro como candidato, se autoproclamó como uno de los padres de la Constitución de 1991 y aseguró que esta “sirve para hacer los cambios en Colombia”. Incluso en el año 2018, cuando pasó a segunda vuelta frente al ex Presidente Iván Duque, Petro dijo; “Me comprometo a no convocar una Asamblea Constituyente y a defender a fondo la Constitución de 1991”. 

No es algo nuevo, que el mandatario se contradiga en temas de semejante envergadura para el país. Pero, los colombianos sí merecen claridad con respecto a las pretensiones del mandatario con la Asamblea Constituyente,  y si su objetivo es encaminar a Colombia a un destino como el de Venezuela. 

De lo que sí hay certeza, es que el Presidente se está quedando solo y su mayor arma, las calles, ya no parecen respaldarlo como cuando era candidato. En caso de que el mal desempeño del Gobierno continúe, un cambio de rumbo parece inevitable, como ya ha empezado a darse en otros países de la región. El Presidente debe centrarse en corregir el camino durante los dos años y medio que le quedan en el poder, en pro de salir con dignidad de la Casa de Nariño al terminar su periodo presidencial.


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